Cada tanto suspira. Sus pectorales de guata y paño se inflaman y desinflan. Pesadamente. Uno podría suponer que el ser humano dentro del disfraz de gorila tiene calor, y el agotamiento sudoroso lo hace gemir. Pero es evidente que suspira por otras dolencias. Por la indiferencia del mundo, por el cansancio variopinto, por el mensaje que no recibe respuesta. Y también henchido de amor, de armonía, de comunión con su público que lo escucha embelesado y reflexivo, presente, contante y sonante. Por eso también suspira, como suspiran los enamorados. Porque, en efecto, una velada musical con el Mono Que Ladra, es un encuentro de amor. Ese amor tanguero, que es a la vez sentimental y recio. Que dice y sugiere, manda a guardar y acaricia. Nunca, o casi nunca en un recital, se escucha tanto y tan atentamente. Porque el Mono, que es cantor y decidor, intérprete y expositor, hace que escuchemos música y palabras con todo nuestro cuerpo. Entonces todo es presencia, y están allí con nosotros sus hermanos elegidos, resucitados, celebrados: Discépolo, Cátulo, Girondo, Tuñón, Manzi (la versión de "Milonga triste" es una puñalada en las neuronas). Y es tan bueno convivir de noche con poetas...
En nuestra "sociedad del espectáculo", donde todo es mostrado y exhibido, circulan espúreas definiciones sobre el ser artista, todas en general ligadas al travestismo moral y a las máscaras del alma. Mi mono cantor se disfraza para desencubrir sentimientos y expresar ideas: trabajadas, elegidas, enlazadas en texto y música para nosotros, para sí mismo, para los muertos sin honores merecidos. El trabajo doloroso y sagrado de un artista.
Por eso, en esos suspiros se mueven aires que, como los árboles, purifican el aire.
En nuestra "sociedad del espectáculo", donde todo es mostrado y exhibido, circulan espúreas definiciones sobre el ser artista, todas en general ligadas al travestismo moral y a las máscaras del alma. Mi mono cantor se disfraza para desencubrir sentimientos y expresar ideas: trabajadas, elegidas, enlazadas en texto y música para nosotros, para sí mismo, para los muertos sin honores merecidos. El trabajo doloroso y sagrado de un artista.
Por eso, en esos suspiros se mueven aires que, como los árboles, purifican el aire.
No sé como llegue a este blog. Pero muy bueno, me dio mucha risa y después me acostumbre a un mono cantando, sobre todo milonga triste que esta muy bien hecha. A todo esto digo, la pucha, la vida. Me acordé del Ponja que cantab folklore y dije, Pucha, se le cagaron de risa, al fin al cabo después Fonatanarrosa se ríe de Borges en "La verdad del Aleph" o algo así, y Kafka escribe sobre el imperio Chino. El punto, más allá del fenshui, y del acercamiento a otro tipo del pensamiento como el oriental y los infinitos de la naturaleza, la expresión, y gracias tango, permite hacer frente siempre a otra dimensión, tanto y en tanto sea nuestra, basta de cantores engolados, el tango no se fue, siempre hay anhelo de lo que nunca será, o lo que pudo haber sido, los efectos de algún poder, la libertad, la libertad, de eso se trata.
ResponderEliminarQue alegría! Gracias!
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