sábado, 27 de noviembre de 2010

Última presentación del año: Tango, poesía y buen humor! a dos guitarras en Espacio Onyrê el 18 de diciembre


Sábado 18 de diciembre 21.30 hs.
Sólo con reservas:
4553- 4491 ó monoqueladra@gmail.com
Capacidad limitada.

Coelgiales-Belgrano
¿Querés ganar un 2X1 para el show del 6/11? ¡Es muy fácil!!
Elegí una de las preguntas, una es de interés general y la otra de interés "monádico", y enviá tu respuesta en un mensaje privado o a monoqueladra@gmail.com:
1) ¿Quién dirigió el corto en el que Gardel entrevista a Discépolo a propósito de "Yira yira"?
ó
2) ¿Cómo se llamaba la travesti del s.XIX que Mono que Ladra evoca en su espectáculo "Friendly"?

jueves, 18 de noviembre de 2010

Mono que Ladra y el Grotesco criollo

“Cuánto dolor, que hace reír.” (Enrique Santos Discépolo, Soy un arlequín.)


Ridículo, extravagante, irregular, chocante, grosero, de mal gusto.
Efecto de contraste. Contradicción de los elementos de la naturaleza.
Imposibilidad de definir los límites entre un orden y otro: lo animal y lo humano, el sujeto y el objeto, lo real y lo ficcional.
Presencia simultánea de lo cómico y lo trágico.
Tercera posición del artista frente a la realidad: expresión de un mundo desquiciado, en la creencia de la posibilidad de un mundo armónico (la conciencia del desastre abre la esperanza de la armonía).
Caracterización de los personajes como fantoches, un poco bestias, un poco muñecos, un poco hombres.
Gorila peronista (el oxímoron).

Tango: melancolía, machismo, violencia, impulsos negativos, pesimismo.
Lo positivo, lo evolutivo, lo constructivo del tango, está en su oposición.
La oposición constructiva también define.
Reconocimiento de que somos tango para dejar de serlo.
Procedimiento paradójico: exaltación del tango como estética para su superación como ética.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Mono Que Ladra 6/11/2010 (por Laura Garaglia)

Cada tanto suspira. Sus pectorales de guata y paño se inflaman y desinflan. Pesadamente. Uno podría suponer que el ser humano dentro del disfraz de gorila tiene calor, y el agotamiento sudoroso lo hace gemir. Pero es evidente que suspira por otras dolencias. Por la indiferencia del mundo, por el cansancio variopinto, por el mensaje que no recibe respuesta. Y también henchido de amor, de armonía, de comunión con su público que lo escucha embelesado y reflexivo, presente, contante y sonante. Por eso también suspira, como suspiran los enamorados. Porque, en efecto, una velada musical con el Mono Que Ladra, es un encuentro de amor. Ese amor tanguero, que es a la vez sentimental y recio. Que dice y sugiere, manda a guardar y acaricia. Nunca, o casi nunca en un recital, se escucha tanto y tan atentamente. Porque el Mono, que es cantor y decidor, intérprete y expositor, hace que escuchemos música y palabras con todo nuestro cuerpo. Entonces todo es presencia, y están allí con nosotros sus hermanos elegidos, resucitados, celebrados: Discépolo, Cátulo, Girondo, Tuñón, Manzi (la versión de "Milonga triste" es una puñalada en las neuronas). Y es tan bueno convivir de noche con poetas...
En nuestra "sociedad del espectáculo", donde todo es mostrado y exhibido, circulan espúreas definiciones sobre el ser artista, todas en general ligadas al travestismo moral y a las máscaras del alma. Mi mono cantor se disfraza para desencubrir sentimientos y expresar ideas: trabajadas, elegidas, enlazadas en texto y música para nosotros, para sí mismo, para los muertos sin honores merecidos. El trabajo doloroso y sagrado de un artista.
Por eso, en esos suspiros se mueven aires que, como los árboles, purifican el aire.