Nosotros vamos a vivir. Vamos a vivir una larga, larga fila de días, de noches largas; vamos a soportar con paciencia las pruebas a que nos someta el destino y vamos a trabajar para otros ahora y en nuestra vejez, sin conocer el descanso. Pero Dios va a tener piedad de nosotros. Vos y yo, todos nosotros, vamos a ver una vida luminosa, espléndida, hermosa. Nos vamos a poner contentos, vamos a mirar nuestras desgracias presentes con ternura, con una sonrisa, y vamos a poder descansar. Tengo fe, una fe ardiente, apasionada... ¡Vamos a poder descansar! Vamos a oír a los ángeles, vamos a ver el cielo cubierto de diamantes, vamos a ver cómo todo el mal de la tierra, todos nuestros sufrimientos, se van a desvanecer en la misericordia que va a llenar el mundo entero, y nuestras vidas van a ser tranquilas, tiernas, dulces, como una caricia. Tengo fe, tengo fe...
(Versión de un fragmento de Tío Vania de Anton Chejov.)
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